¡Aguanta!

Aprender es interiorizar.
Aprender* (un idioma, una asignatura, una capacitación para realizar un trabajo, a pintar, a tocar un instrumento …) es adquirir un conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia. *
*La palabra aprender viene del latín apprehendere, compuesto por el prefijo ad- (hacia), el prefijo prae (antes) y el verbo hendere (atrapar, agarrar). Prehendere se vulgarizó a prendere. Así tenemos prender, sorprender, aprendiz, comprender, emprender, empresa, preso, aprensión, etc.
El verbo latino hendere parece venir de la misma raíz que hedera (hiedra) y la idea de enredarse y atrapar, como hacen las plantas trepadoras.

En la vida cotidiana, nos encontramos con que tenemos que interiorizar sin el proceso habitual de adquirir un conocimiento.
Me detengo con el ¡Aguanta! Se podrá aplicar lo mismo con otros imperativos que hablan al interior: ¡Basta! ¡Después! ¡Deja! ¡Suelta! ¡Corre! ¡Aprende! ¡Corrige! …

Hay momentos y situaciones en la vida que son insustituibles: nadie lo puede hacer por mí; por ejemplo, dormir, comer, amar, odiar … Mi entorno puede empatizar, acompañar, sintonizar, imaginar … conmigo, pero nadie puede sustituir ninguna de estas situaciones o vivencias.

Interiorizar una situación, un acontecimiento, una relación, un evento … es una experiencia única, irrepetible, intransferible. Delante de un mismo hecho: un examen por sorpresa en clase, cada alumno lo vive de un modo distinto: quién como una oportunidad, quién como una injusticia, quién como …

Interiorizar es un proceso que tiene su dinámica: descubrir, conquistar y transformar.

Pongamos el ejemplo de cómo se aprende, cómo se interioriza, el proceso fisiológico de “hacer pipí”.

Cuando el niño/a ya ha crecido y va adquiriendo cierta madurez (a los 2 – 3 años) uno de los procesos es hacerle palpar con las manos un pañal seco y otro húmedo para que identifique los conceptos seco y mojado y localice esa sensación en la zona urogenital, con el pañal. Convendrá repetirle que el paso de seco a mojado se llama pipí. Se le pide una interiorización: relacionar la sensación que ha percibido antes de estar mojado y se le impera, que pida “Papá, mamá, ¡pipí!”; y, sobre todo, le mandamos: ¡AGUANTA!, que el resto ya nos encargamos. Habrá victorias y derrotas, éxitos y fracasos … y cuando ha aprendido a vestirse solo, a tirar de la cadena … puede valerse autónomamente.

Sólo le podemos transmitir una orden que es completamente incomprensible: ¿cómo se aguanta? Tiene que interiorizarlo, no podemos explicarle más … ¡Y consigue interiorizarlo!

Aguantar** es sostener, sustentar, no dejar caer; también es reprimir, contener, resistir, tolerar, retardar …; aguantar es interiorizar.
** La palabra aguantar viene del italiano agguantare (sostener fuertemente) y este de guanto (guante). La idea es usar las manos para sujetar fuertemente una cosa para que no se caiga o escurra.

En relación a muchas otras situaciones de la vida: Tenemos que distinguir para reconocer qué nos sucede y poder gestionarlo adecuadamente: una sensación es distinta de un pensamiento, de una emoción, de un sentimiento, de una relación …

Entre todas nuestras sensaciones que vivimos, la sensación del pipí es una de las potentes: no nos deja concentrar, es pública a veces para otros, nos despierta por muy cansados que estemos, inaplazable y aparece en varios momentos del día. Sin embargo, al despertar por la mañana no pensamos, habitualmente, cuándo y dónde vamos a gestionarla; la tenemos interiorizada y la gestionamos, nos aguantamos sin esfuerzo, sin que impida ni altere nuestro actuar.

Es una de las sensaciones “potentes”, no siendo vital.
Ahora viene la pregunta: ¿cuántas sensaciones, pensamientos, emociones, sentimientos, relaciones … no tenemos identificadas y resulta que vamos “mojados”? Es mucho más cómodo ir “seco” que “mojado”.

MAP descubre lo que procede del interior y se manifiesta externamente (punta de iceberg): sean sensaciones, pensamientos, emociones, sentimientos, relaciones … en los distintos ámbitos de la persona (personal, familiar, profesional, social …); conquista al permitir gestionar desde el interior; y transforma gracias al cambio que se produce en la persona que repercute en ella y en su entorno.

Ilustro con una experiencia del “pipí” lo que es descubrir, conquistar y transformar.

Se trata de una joven de 18 años que empieza la universidad en otra ciudad; como a menudo piensa en quedarse «en casa», en su ciudad natal, se produce un juego de equilibrios que a veces desemboca en situaciones desagradables.

Para explicarle lo que simplemente tiene que aguantar, le envío la siguiente comparación… con la «sensación de pipí».

Después de una situación en la que se ha encontrado plantea una consulta y le envío la siguiente propuesta, habiéndole explicado metafóricamente la “sensación del pipí”.

Me cuentas que no puedes destensarte porque has discutido con el novio.

Siguiendo con la explicación de la sensación de pipí que comentamos, voy a hacer una analogía.
• Has tomado consciencia de lo que ha sucedido (discusión) después de notar que estás mojada (imposible destensarme y no consigo concentrarme).
• Pues ya sabes… cuando empieces a notar la misma sensación…
o tendrás que «aguantar» (ya sé que no sabes cómo se hace lo de «aguantar»… pero lo tienes que interiorizar y conseguirlo)
o ponerle nombre («pipí») y,
o mientras no tengas otros recursos incorporados, tendrás que pedir ayuda para gestionarlo, si no quieres «mojarte».
• Con la práctica, vas aprendiendo a anticiparte positivamente…
• Seguramente tendrás que incorporar otros recursos que de momento no tienes (en el símil del pipí: aprender a vestirse, a cerrar la puerta del lavabo, a tirar de la cadena…).
• Finalmente serás autónoma, sin necesidad de soporte externo y sin la más mínima preocupación sobre cómo gestionar esas sensaciones, situaciones…

Te propongo que lo que acabo de describir, lo redactes con «tus palabras» e ilustres este símil (el del pipí) con lo que sucedió con la discusión con el novio.

¿Te parece?
Me contesta, señalando (entre paréntesis y en negrita) lo que va descubriendo, conquistando y transformando:

Jaume lo voy a intentar.

A ver si lo he entendido bien; como suelo fastidiarla en los mismos puntos (añorar a mi familia y a mi novio) y todavía no he adquirido la madurez de ver esta nueva etapa como algo positivo sino algo malo por el hecho de que (sé que queda muy mal decirlo) ver como para ellos no soy una persona imprescindible, lo contrario de ellos para mí, tengo que hacer un símil con un hecho fácil y cotidiano.
A ver, empiezo: llevo todo el día bebiendo mucha agua, más de la necesaria (pensando constantemente en como estarán y esas cosas) y llega el momento en que tengo muchas ganas de hacer pipí, con la mala pata de que llama al timbre una persona a la que tengo muchísimas ganas de ver (querer hablar con mi novio) y, en vez de ir al lavabo y que espere dos segundos, el ansia incontrolada de querer abrirle cuanto antes hace que preste menos atención a que tengo pipi (estoy cansada, tengo sueño, me he engordado, tengo que trabajar) y le abro la puerta.

En un principio, la cosa va súper bien hasta que me empiezo a sentir incomoda y no sé porque (me he meado, por intentar atenderle y no hacerle esperar, y lo que ocurre es que le empiezo a atender con mal humor); él no tiene la culpa, la culpa ha sido única y exclusivamente mía y, al no entender ninguno de los dos la situación, acabamos por enfadarnos.

Por eso, antes de hablar con alguien, o cuando este tensa, debo centrarme en relajarme y a poder estar bien y pasar un buen rato seca.

La felicito y le añado otras concreciones además de las que ella ya ha formulado.

Jaume lo voy a intentar. a ver si lo he entendido bien

  1. como suelo fastidiarla en los mismos puntos (añorar a mi familia y a mi novio) [Síntomas que ahora empiezas a tomar consciencia].
  2. y todavía no he adquirido la madurez de ver esta nueva etapa como algo positivo sino algo malo [Tomas consciencia del punto de partida; de donde estás, dándote cuenta que a pesar de tus deseos todavía falta adquirir algunos hábitos].
  3. por el hecho de que (sé que queda muy mal decirlo) ver como para ellos no soy una persona imprescindible lo contrario de ellos para mí tengo que hacer un símil con un hecho fácil y cotidiano. [Te das cuenta de un pensamiento erróneo que tienes: pensar que ellos piensan una cosa, y en realidad, su pensamiento va por otro sitio].
  4. A ver empiezo, llevo todo el día bebiendo mucha agua más de la necesaria (pensando constantemente en como estarán y esas cosas) [Al no ser consciente de las consecuencias que va a tener no gestionar adecuadamente una situación, te vas “metiendo” más en el “pozo”, en el “barro”].
  5. y llega el momento en que tengo muchas ganas de hacer pipi [Al haber “echado más leña al fuego” la intensidad de los síntomas y la necesidad de “evacuar” se multiplica y se amplifica].
  6. con la mala pata de que llama al timbre una persona a la que tengo muchísimas ganas de ver (querer hablar con mi novio) [En pleno “fregado”, aparece una sorpresa (recuerda que es una de las emociones que hablamos, y desencadenante de un carrusel (ya lo hablaremos)) que hace que todos los escasos recursos desaparezcan y se pase a una fase de falta de control, no ya de la situación, sino de las reacciones del cuerpo].
  7. y en vez de ir al lavabo y que espere dos segundos; el ansia incontrolada de querer abrirle cuanto antes hace que preste menos atención a que tengo pipi (estoy cansada, tengo sueño, me he engordado, tengo que trabajar) [Y encima… no hago caso de lo que ya empieza a percibirse con claridad (el mojado, aunque no sé de dónde procede…].
  8. y le abro la puerta [y … más de lo mismo… en lugar de “apartarse” del fuego, me voy metiendo más dentro de las brasas].
  9. .en un principio la cosa va super bien [qué bien… calor… sensación agradable…].
  10. hasta que me empiezo a sentir incomoda [ya no resulta tan agradable… pero no es posible echar marcha atrás (le vejiga está super llena, rebosante…. quedan tres opciones… 1. Mearse encima, 2. Reventar 3. Montar el numerito].
  11. y no sé por qué (me he meado por intentar atenderle [primera opción].
  12. y no hacerle esperar [hubiera sido la tercera opción. Recuerda que en los anales de la historia de la medicina no se recoge nunca la segunda opción (sólo se da si hay una obstrucción total de la uretra, y no se puede sondar).
  13. y lo que ocurre es que le empiezo a atender con mal humor) [Consecuencias que nada tienen que ver con el motivo inicial (haber bebido más agua…)]
  14. él no tiene la culpa [terceras personas son testigos y participan de la “mojada”… y salen “mojadas”].
  15. la culpa ha sido única y exclusivamente mía y [comienza un proceso de culpabilidad que nada tiene que ver con el origen y, en el fondo, en vez de ver más agua de la necesaria, encima te tragas un litro de cerveza que tendrá efectos diuréticos (más de lo mismo) y efectos alcohólicos].
  16. al no entender ninguno de los dos la situación [se genera una situación de desconcierto; no solamente percibo que estoy “mojada”, sino que me doy cuenta que también está “mojado”, sin que se haya meado.]
  17. acabamos por enfadarnos. [De la nueva situación incómoda que se ha generado, empieza –inconscientemente- un proceso de mutua culpabilización, que no tiene ningún fundamento real].
  18. por eso, antes de hablar con alguien o cuando este tensa debo centrarme en relajarme y ya poder estar bien y pasar un buen rato seca. [Gran descubrimiento para crecer y saber administrar sensaciones. Es el momento, no sólo de saberlo sino de adquirir el hábito, adelantarse, no beber más de la cuenta, saber donde están los desaguaderos, saber vestirse, cerrar la puerta….].

Jaume

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