Madurez Precoz

¿Qué mueve a un niño de 4 años a romper a llorar de repente y sollozar por el hecho de que el último año ha pasado irremediablemente y no volverá a pasar? ¿Por qué una niña pequeña puede describir exactamente lo que separa a su mamá de su papá y lo que la mamá debería hacer realmente para que ella y el papá puedan vivir juntos felizmente y unidos? ¿Por qué siente tanto por mamá que a veces está dispuesta a quedarse en casa y no salir a jugar porque siente que mamá está sola? ¿Y papá se está portando mal? ¿Por qué este joven es capaz de captar en un primer y breve encuentro dónde está la otra persona, en qué grado de inquietud y soledad vive, y encontrar palabras que golpeen y toquen a la otra persona en lo más profundo?

Una y otra vez me encuentro con personas que tienen una empatía y una compasión inusuales: a veces tienes la impresión de que pueden ver dentro de otras personas y experimentar mucho en su mundo interior.

Esto no siempre es fácil para las personas afectadas: Los ejemplos ficticios anteriores muestran que las personas con estos dones sufren. Sufren junto a las personas que aman, ven y experimentan.

Pero también sufren porque su nivel de madurez está por encima del de sus compañeros también en otros ámbitos, por lo que suelen ser mucho más rápidos a la hora de anticipar o adivinar cuáles serán las consecuencias de una determinada actitud. O qué causas más profundas.

Lo que entonces parece un arrebato de cólera «totalmente exagerado», por ejemplo, proviene en última instancia del hecho de que las personas con tal grado de madurez reconocen lo que alguien les ha «quitado» a ellos o a otros: Ánimo, libertad, reconocimiento, respeto… rabia por una injusticia muy sentida. Lo que las personas «normales» del entorno no reconocen. Y por lo tanto juzga: «¡¡¡Esta reacción es exagerada!!!». Y lo que es peor: «¡¡¡Eres excesivo!!!» Y lo peor: «Debes ser diferente!!!!»

Sin embargo, las personas con un nivel de madurez superior al de sus compañeros no sólo sufren lo con lo que empatizan y que reconocen. Sufren la exclusión de sus compañeros, que no comprenden, porque su madurez y su horizonte de experiencia están muy por debajo de los suyos. Sólo mucho más tarde en la vida las personas con tal precocidad serán oyentes solicitados – porque poseen una sabiduría que es inusual. Al principio, a una edad temprana, suelen experimentar la soledad, o más bien el aislamiento, porque son diferentes. No encajan con el juego, el pensamiento, el sentimiento y la conversación habituales. Ya están más avanzados en su desarrollo y cuando encuentran personas con las que realmente pueden intercambiar ideas, suelen ser mucho mayores.

A estas personas les resulta difícil cuando la madurez y la experiencia se alejan cada vez más en el transcurso de la vida (porque si preveo cuáles serán las consecuencias de salir de fiesta a full, entonces no me expongo a ello. No tengo interés en ello – pero no aprendo tampoco sobre toda un área de una vida). Y cuando una persona asi no se da cuenta de quién y cómo es. Cuando asume el juicio desde fuera y cree que tiene que torcer y cambiar.

¿Qué hay detrás de esta prematuridad? A menudo observamos en la MAP experiencias de miedo a la muerte debido a enfermedades o accidentes en un periodo poco antes o después del nacimiento, tras el cual se desarrolla dicha madurez precoz. Es como si se hubiera producido un salto cuántico, de modo que el espacio y el tiempo en una persona se han superado y han dado lugar a un desarrollo potenciado.

Muchas personas que descubren estas capacidades de su persona, de su vida, primero se reclinan en su silla durante dicha conversación. Miles de experiencias y situaciones recorren ahora un rostro y se vuelven por fin comprensibles. Luego: alivio («¡No soy raro!»). Y por último: la alegría («¡Ese soy yo!»).

El cortometraje FLOAT muestra el destino que sufren muchos niños prematuros. La buena noticia: los padres (y los hijos) pueden aprender a entender quién y cómo es realmente su niño. Y padre e hijo en Float sonrien de todo coazon cuando al hijo se le permite por fin volar, es decir, ser quien es.

Nadie eligió esta forma de percepción temprana y de profunda empatía.  Pero si puedes descubrirlo como tal en tu vida, puedes captarlo y utilizarlo. Y resolver mucho con ella: En la propia vida y en la de muchas otras personas.

Deja un comentario