Anécdota de Tura

Tura se hizo daño en el pie cuando hacía gimnasia deportiva. Patinó haciendo un ejercicio y se hizo daño en la parte exterior del pie derecho hacia la zona de la planta.

Después de hacer todo lo típico que pueda ayudar al dolor o molestias por esa caída: aplicar frío inicialmente, cremas antiinflamatorias, masaje…etc. Otros días cremas de calor por el tema muscular, ejercicios de movilidad, etc. el pie le seguía molestando y por momentos cojeaba.

La realidad es que el pie es algo que regularmente le resulta afectado por un motivo u otro. En función de la actividad que ella realiza y lo motivante o atractiva que sea, se acuerda de su dolor o actúa con normalidad. De hecho a veces ha podido hasta bailar sin quejarse ni darse cuenta….

Llevábamos ya más de un par de semanitas de idas y venidas con que por momentos le dolía, cojeaba y acusaba dolor o por el contrario estaba bien.  Hasta su madre la llevó al médico para que la miraran y le recetaron antiinflamatorios y reposo sin ver nada especial con una causa visible. 

Finalmente y tras un día en el que estuvo jugando a todas horas,  fue un día especial para ella porque le hacía mucha ilusión invitar a sus amigas a casa y que vieran su entorno. Pues justo al acabar el día, volvió con que le dolía el pie…había estado jugando todo el día, bailando, saltando, yendo en quad, bici…pero a la hora de parar, ese dolor volvió a invadirla…

Fue en ese momento cuando le pregunté si realmente quería quitar esa molestia de su vida. A lo que me contestó que sí. Le expliqué que independientemente del origen de ese dolor por la caída había otro tema que nos ayudaría mucho más para su recuperación. Buscar en el interior. No era algo nuevo, ya habíamos hablado en muchas ocasiones sobre el interior de la persona, las emociones y el tema de que las personas somatizamos.

Ella tranquila y atenta escuchaba las preguntas del tipo: ¿Qué te pasa en el pie que no te deja caminar con normalidad? ¿Qué hay allí dentro para que la forma en que tú das un paso y contactas con el mundo (suelo) sea incómoda y dolorosa? ¿Qué no te deja pisar como quieres? 

Le expliqué que los bebés primero no saben ni gatear, luego se arrastran y después empiezan a caminar. Que eso forma parte de la vida y del crecimiento. Y que ella como ser humano y persona, aprendió hace mucho tiempo a caminar pero sin embargo de vez en cuando surge algo que le impide avanzar, pisar y caminar con normalidad. Algo tan necesario y característico de nuestra condición humana. 

Entonces, cerrando los ojos y sintiendo ese dolor vio claramente en un primer momento el origen de su dolor, era su profesora de clase, con la que se siente injustamente tratada, ya que hay situaciones en las que le toca “pasar por el aro” porque cosas que no considera justas le son impuestas de forma obligatoria. Por ejemplo, al acabar los deberes en clase de las primeras, le hacen ayudar a las demás que van más lentas. O también a pesar de ser la hora de salir para ir a casa, la profe les hace esperar hasta que considera que todas han recogido cuando ella ya estaba lista y con su pupitre ordenado. Luego se le apareció su madre, con que no le deja llevar unas trenzas que a veces se hace en casa cuando está conmigo o le obliga ponerse ropa que a ella no le gusta… en fin, salieron varios asuntos pero todos en relación a como ella quiere ser y no le dejan…. 

Abordamos el tema desde el punto de vista en el que en la sociedad y en el mundo actual vivimos con una serie de normas y reglas que nos pueden gustar o no pero hay que cumplirlas, por ejemplo le expliqué que si quieres conducir un coche no puedes ir en dirección contraria…que si no quieres coger el atasco has de salir antes de casa…etc. 

Hablamos de que lo importante es saber que en su caso ahora hay momentos en los que tendrá que aceptar que tiene que esperar a que la profesora les deje salir de clase aunque sea injusto que ella esté lista y las demás no, pero que eso es algo pasajero, y que aunque ahora tenga que esperar o hacer algo que no le gusta por la falta de otras personas, no puede olvidar que ella es la protagonista de su vida. Metafóricamente hablando, le comenté que la vida es un cuaderno en el que se va escribiendo una historia, y que el boli que escribe está en su mano. Ella dicta su historia, no permitas que otros te quiten el boli y escriban por ti. Esto es, si tienes que no hacerte unas trenzas para no discutir porque sabes que no te van a dejar llevarlas,  piensa que es algo puntual de ahora, que dentro de poco podrás hacerte todas las trenzas que quieras y aburrirte de ellas pero si le das poder y espacio en tu cabeza a lo injusto que es que no puedas llevar las trenzas que quieres, habrás dado el boli a otra persona y lo que quedará grabado en tu cuaderno será que no te dejan llevar el peinado que te gusta.

De ahí salió la frase: “Soy Tura y me gustan las trenzas aunque no me dejen llevarlas” El poder curativo del QUIEN SOY. “Quien escribe en mi cuaderno y quien tiene el boli soy yo” 

Y seguimos hablando y aplicando el quien soy en todas esas situaciones que le parecían injustas. Que son cosas que hay que cumplir por un motivo u otro pero que no por ello tu te defines o identificas con ello.

Desde entonces no ha vuelto a sentir ningún tipo de molestia y camina con normalidad. 

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