Carta a un niño que sufre miedo y, quizás (también), bullying

¡Hola!

¿Te gusta el cine? ¿Conoces la película Luca? Me gusta mucho esta película. Si no la conoces, tienes que verla… porque tiene mucho que ver con alguien que quizá conozcas de tu clase. O del barrio. O quizás porque tiene que ver con algo que conoces de ti mismo. ¿De qué se trata, exactamente?

Luca es un niño que hace lo que hacen todos los niños: vive con su familia, tiene sus tareas y sueña con una vida mucho más aventurera que la suya. Lo que tiene de especial es que vive en el mar; es decir, abajo en el mar; él es lo que la gente llama un monstruo marino. Aunque en realidad no es un monstruo en absoluto, es simplemente Luca.

Un día, Luca está cuidando los peces (te acuerdas, vive abajo en el mar…ahí no hay vacas u ovejas, sino peces) de su familia cuando descubre algo que ha caído en el mar, algo del mundo humano: ¡por fin está ocurriendo algo nuevo! Así sigue otros objetos perdidos del mundo humano que encuentra en el suelo del mar hasta llegar arriba, a la superficie del mar y allí, ¡oh shock!: se encuentra con un chico humano, gente que -al menos eso dicen su madre y su padre, también monstruos marinos – no deberías conocer en ningún caso. Pero Luca se atreve a hablar con el niño y se encuentran cada día: pronto entabla una verdadera amistad con este chico que se llama Alberto. Y ambos construyen, con objetos perdidos de los humanos, una Vespa con la que quieren descubrir el vasto mundo humano. ¡Qué aventura!

Sin embargo, cuando llegan al siguiente pueblo de la costa, ven por todas partes carteles que les advierten del peligro de los monstruos marinos: la gente del pueblo dice que los monstruos marinos son malvados y peligrosos. Exactamente lo que la madre de Luca, monstrua marina, siempre dice de los humanos: que son malvados y peligrosos. En ambos mundos se tiene miedo a que haya monstruos cerca o escondidos, independientemente de si son humanos o monstruos marinos.

Hay una parte en la película que es realmente genial: Alberto le enseña a Luca: «El miedo, sólo está en tu cabeza. Es esa voz que quiere hacerte sentir pequeño: es Bruno. ¡No escuches a Bruno! Si te pasa eso, dile a esa voz: ¡Silencio Bruno!». Y Luca aprende a decir en las situaciones en que preferiría huir y no afrontar: «¡Silencio Bruno!». Es decir, no se deja vencer por el miedo (Bruno en su cabeza), sino que se afronta las situaciones o las personas en las que tiene miedo. Y esa es la razón por la que al final gana el chams … ssssth! no quiero desvelar demasiado: a lo mejor aún no has visto la película 😉

Miremos un poco más profundamente lo que Luca vive y aprende: que a veces rechazamos a otras personas que no conocemos, porque en el fondo pensamos: esta persona es peligrosa; debe de ser un monstruo. ¿Puede ser que tienes miedo de algo, o de gente, o de cosas? ¿Conoces también la experiencia de que a veces te sientes muy débil y te empequeñeces porque tienes miedo: miedo de un examen, de que mamá y papá te regañen, de lo que te digan los demás, etc.? Yo creo que sí. Todos tenemos miedo.

El miedo, sorprendentemente, muestra algo bueno. El miedo muestra que poseo algo que temo perderlo: sacar una buena nota, que me vaya bien en el colegio, que mamá y papá me quieran, que pueda tener amigos, etc. El miedo también es bueno cuando tengo respeto por algo que podría ser peligroso para mí: caer de una altura en que me puedo romper una pierna, por ejemplo. Pero si el miedo se apodera en mi cabeza (Bruno), si crece demasiado, tengo que decirle: “¡Silencio Bruno!”. El miedo también impide conocer algo de la realidad, al distorsionarla.

Luca, sin Bruno, llega a conocer a la gente; por ejemplo, a Giulia que se convertirá en su amiga. Eso nunca hubiera pasado si Luca no hubiese dicho: “¡Silencio, Bruno!”.

Luca aprende a decir a la voz de su cabeza que quién manda en su vida es él, y no esa vocecita que le pone freno constantemente y le estropea la diversión. Luca también aprende que, a veces, hay que dar pasos sin pensar. Y con ojos que miran arriba, que miran a los ojos de la gente, no a abajo. Ojos que miran a la persona que me da miedo, a la persona que no conozco, a la persona que me hace bullying: ¡ojos que miran directamente a los ojos! Porque eso es lo que Alberto enseña a Luca: “mirar hacia abajo trae mala suerte”. No soy una persona supersticiosa. Si mirar hacia abajo trae mala suerte es signo que yo -o tú- no confío en mí (en ti). Cuando una persona mira a otra a los ojos, tiene un significado: aquí estoy, no tengo miedo, estoy bien como estoy, aunque quiero crecer y desarrollarme. Si miro hacia abajo, la persona que tengo enfrente lo percibe y puede atreverse darme un puñetazo en la cara. Por cierto, el bullying es un tema muy apasionante; si tienes alguna experiencia con él, por favor, házmelo saber porque en MAP sabemos revertir este feo tema y podemos ayudarte. Lo más importante es aprender a confiar conmigo mismo y dejar de tener miedo “malo” a nada ni a nadie.

La película también trata de bullying: Luca, Alberto y su nueva amiga Giulia permanecen unidos, aunque sean los descartados. ¿Por qué son marginados? porque son niños diferentes. Si alguien es, si tú eres, un marginado tiene que descubrir qué es lo que te hace singular. ¿De dónde viene? ¿Qué tengo yo que no tienen los demás? A veces pensamos, erróneamente, que todo el mundo percibe que soy una persona rara.

Hay otra escena donde Luca dice a Alberto: «¡Todo lo que estás pensando tan negativamente de ti está solo en tu cabeza! ¡Son tus pensamientos! … ¡No sabes muchas cosas, es verdad …! ¡Pero sabes quién eres tú! Y cómo eres. Sabes cuánto te quiero». Si te conoces bien a ti mismo (mucha gente no se conoce a fondo) podrás quererte. Y entonces, y sólo entonces, los demás también te quieren. Y, con buenos amigos…, puedes hacer frente a los peores matones. Así que, otra vez “¡Bruno, silencio!”.

Queda mucho por descubrir en esta película: la amistad entre Luca y Alberto no está exenta de problemas; también discuten: «No necesitamos a otros, sólo nos necesitamos el uno al otro. Tú tienes que hacer todo como yo. Tú siempre eres el bueno, ¡yo soy el malo! ¡Esa es sólo la voz que llevas dentro!«. Como puedes ver, en nuestro interior surgen una serie de «voces» que pueden provocar dificultades de relación con las personas que nos caen especialmente bien. Pero ése es otro tema del que podremos hablar la próxima vez… Por ahora, deseo que te diviertas mucho con Luca. Que Bruno esté tranquilo 😉 Y si quieres algunos consejos sobre el miedo y el bullying ponte en contacto conmigo…

Hasta pronto.

B.

Una nota para los padres o abuelos que lean este artículo: si ven la película con su hijo/nieto, presten atención a los padres de Luca. Dicen a Luca lo que tiene que hacer y lo que no, pero en realidad no saben lo que le pasa: «Luca, ¿qué tienes en mente? (Y aquí no se detienen, no esperan. en absoluto, sino que siguen hablando enseguida). No debes pensar nada, soñar nada y, sobre todo: ¡no subas a la superficie!». Luca se queda despierto en su cama por la noche y sueña con cosas que le fascinan, o incluso que le preocupan. Conocer estos pensamientos, es … ¡tan importante!; es una expresión de comprensión, de conocer realmente a tu hijo/nieto. Eso es lo que consigue la abuela de Luca: comprende, no sólo quiere que funcione.

Si se da cuenta de que su hijo/nieto necesita ayuda por temas de miedo o de bullying, no hay que avergonzarse de pedir ayuda: dale la oportunidad de aprender cosas sobre sí mismo. «Mi madre (de Luca) dice a veces: ¡aprender es como volar!». ¿Y qué hay más inspirador que estar en armonía con uno mismo y superar los obstáculos de la convivencia con la fuerza que surge del interior?

Deja un comentario